
La provincia de Chubut tiene una brevísima pero muy interesante historia vitivinícola, además de un futuro prometedor que cautiva a miembros de la industria y a consumidores. Se trata de la región vitivinícola de vinos más austral del mundo y la más nueva de la Argentina (En agosto del 2017, se aprobó la ley a Chubut como provincia vitivinícola).
Hoy, se estima que existen cerca de 200 hectáreas plantadas con vid y en términos relativos, Chubut es la provincia que más creció en superficie cultivada entre los años 2010 y 2020, alcanzando un 335%, según el INV. Y se debe porque sus vinos vienen superando las expectativas de los consumidores y de la crítica internacional.
El viaje exploratorio que realizaron Jorge Cabrera y Omar Denaro, ambos comunicadores y organizadores de esta actividad de Caminos del Vino dejó varias “perlitas” y unas cuantas conclusiones alentadoras respecto de lo que puede esperarse de la región en los próximos años, a la vez que puso de relieve los principales obstáculos que impiden un crecimiento aún más veloz.
Un viaje exploratorio y sorprendente
La producción de vid en Chubut se despliega por toda la provincia desde la costa este, atraviesa la zona central y llega hasta los valles cordilleranos. Por el clima extremo, las cepas que mejor se dan son aquellas de ciclos cortos. Según un informe del INV de junio de 2018, el 75% de la superficie cultivada con vid corresponde a las variedades Pinot Noir y Chardonnay, que son además las que mayor crecimiento han registrado en los últimos años. Entre las tintas, también se destaca el Merlot, mientras que el Malbec ocupa el último lugar.
Una característica de la producción chubutense es que se realiza en parcelas de chacras en las que se trabaja a pequeña escala. Por otro lado, la gran amplitud térmica, el clima frío y los vientos colaboran con la sanidad de las uvas y favorecen una maduración de las cepas con una acidez natural que aporta mucha frescura y equilibrio. A ello se le suma la gran diversidad de suelos y las distintas alturas sobre el nivel del mar, que se traducen en una enorme gama de estilos de vinos. Sin embargo, el clima extremo y las heladas exigen cuidados permanentes. Las grandes distancias y la falta de infraestructura también son limitantes. Pero hoy pesan más los pros que las contras y Chubut no para de cautivar a consumidores y críticos internacionales.
Caminos del Vino conoció proyectos en Gaiman, Bahía Bustamante, Sarmiento, Paso del Sapo, Gualjaina, Trevelin y la Comarca Andina entre otras localidades. El trabajo, se enfocó en conocer a productores, las variedad de terroirs, nuevas zonas, varietales y vinos, y sobre todo descubrieron el potencial que tiene la región. De yapa, los exploradores se llevaron algunas “perlitas” que merecen ser destacadas.
Puesto a resumir los pasajes más relevantes del viaje, Jorge Cabrera, director de Caminos del Vino, enumera algunos hallazgos, a medida que iban llegando a cada una de las diferentes zonas.

- En Gaiman, la bodega Bardas al Sur -a cargo de Roberto Barragán– está elaborando el Malbec más austral de Argentina y un Pinot Noir de gran calidad.
- Muy cerca, en Trelew compartimos una degustación junto a Martín Pauluka y Sandra Davies en bodega Punta Ninfas, un pequeño proyecto que ya inauguró su sala de elaboración propia.
- En Bahía Bustamante, el enólogo Matías Michelini nos presentó el Pinot Noir y el Semillón que elabora a pasos del mar en un marco de naturaleza extrema.
- El frío y los fuertes vientos aportan a los vinos de Bodega Otronia una marcada acidez natural y un engrosamiento en la piel que potencia los aromas y el sabor.
- Camino al oeste y luego de dejar atrás Los Altares, otra interesante zona vitivinícola, a unos 180 km antes de llegar a Esquel, en la comuna de Paso del Sapo y a la orilla del río Chubut, también visitamos a Leonardo Giacomino, donde elaboran de manera orgánica Pinot Noir y Chardonnay que salen que se comercializan con la marca Rincón de los Leones.
- En Gualjaina, la bodega Cielos de Gualjaina -un proyecto comandado por Mariano Miretti y su esposa, Alejandra González– elabora dos blancos de excelencia: un Chardonnay y un Gewürztraminer.
- Se destaca el Pinot Noir que elabora Viñas del Nant y Fall. Es muy fresco con una acidez tensa y equilibrada que caracteriza a Trevelin.
- Hacia el oeste, y a un kilómetro del paso a Chile, a orillas del río Futaleufú, está Sendero Lodge, también en Trevelin, donde Darío González Maldonado está al frente de un viñedo exclusivo para bases de espumantes, se trata de 10.000 plantas entre Pinot Noir, Chardonnay, Sauvignon Blanc y algo de Pinot Gris.
- Más hacia el norte, hacia la zona de El Hoyo, la comodorense Elsa Guevara de Patagonian Wines está reperfilando muy bien los vinos, buscando más frescura y nuevas etiquetas, y presentando unas burbujas rosadas método champenoise de Merlot.
- Entre los nuevos proyectos hubo uno que nos llamó mucho la atención: un viñedo a orillas del Lago Puelo (sobre la ruta 16), Hansen – Becerra, guiado también por Darío González Maldonado. Es muy pequeño y está elaborando su segunda vendimia de Pinot Noir y Chardonnay y este año inauguraron su bodega artesanal. Comenzaron en el año 2018 con 300 plantas y hoy tienen 3000.
