Chozos Resort: arte, naturaleza y confort en el epicentro de la vitivinicultura mendocina
Por sus bellezas naturales, por su identidad y cultura y por su historia íntimamente ligada al vino, Mendoza convoca durante todo el año a turistas locales e internacionales que llegan por primera vez, ansiosos por conocerla y también asiduos visitantes, que regresan año tras año para redescubrirla.
Para unos y otros, un nuevo espacio abre sus puertas: Chozos Resort, una propuesta de lujo, vanguardista y exclusiva que invita a disfrutar de una de las regiones más bellas de Argentina, a conocer su historia y vivenciarla en carne propia, descubriendo su legado.
Una ubicación privilegiada
Chozos Resort se ubica en Alto Agrelo, Luján de Cuyo, un lugar de privilegio en el epicentro de la vitivinicultura mendocina. Enmarcada por un paisaje de ensueño al pie de la Cordillera de los Andes e inmersa entre viñedos, la propiedad se erige en un lugar estratégico para que los huéspedes la utilicen como base al momento de conocer los principales puntos de los Caminos del Vino y las bodegas de la zona.
A su vez, el resort se emplaza en Dragonback Estate (Ruta 86, Alto, M5507 Agrelo, Mendoza), una finca de viñedos que, con sus 820 hectáreas cultivadas, se ubica entre las más grandes del mundo.
De hecho, Dragonback se consolida y es reconocido como el espacio perfecto y accesible para los amantes de esta noble bebida e inversores que deseen administrar su propia elaboración, eligiendo su nivel de implicancia en la producción: hay quienes producen su vino a partir de la selección de uvas y quienes literalmente eligen “ensuciarse las manos en el suelo” y trabajar en la viña aprovechando el expertise de los enólogos de la finca.
Cada rincón de Dragonback invita a reconectar con uno mismo, a disfrutar del entorno y dejarse cautivar por los aromas de la vegetación autóctona. Por eso, en Chozos Resort el relax está asegurado, sumando como plus la comodidad de sus mágicos espacios, que conducen a los huéspedes a una experiencia diferente a todo lo conocido.
El aire puro y la tranquilidad, las largas hileras de vides y las montañas conforman una postal seductora y fascinante que convive armónicamente con los dos tipos de unidades habitacionales que ofrece el resort: los Chozos y los Glam Camps.
A la propuesta se suma un restaurante -próximo a inaugurarse, que ofrecerá una propuesta de cocina de autor ligada a la tradición-, un área de eventos y la posibilidad de realizar diferentes experiencias dentro y fuera del predio (como visitas a bodegas, yoga, ciclismo andino, cabalgatas, paseos en globo, parapente y diferentes tours de vino, entre muchas otras).
Una obra de arte que vuelve a los orígenes
Un aspecto que distingueespecialmente a Chozos Resort de cualquier otro hospedaje es su cuidado diseño y arquitectura, que conjuga arte y naturaleza y que fue concebido para amalgamar lo ancestral e histórico con el espectacular entorno, sin descuidar un ápice el confort.
La arquitectura ancestral se observa tanto en las técnicas constructivas como en uso de materiales nobles, y en que cada detalle está hecho a mano por artistas locales, tanto en los quince Chozos como en los cuatro Glam Camps que conforman el resort.
Inspirado por las raíces de la arquitectura andina, el proyecto es en sí mismo una pieza de arte. Así fue concebido por el Grupo de Desarrollos Inmobiliarios Armentano y Youngwoo & Associates, quienes convocaron al prestigioso artista local Sergio Roggerone.
Junto a otros artistas locales, Roggerone es el artífice de las entrañas de Chozos Resort. Por eso se lo considera en sí mismo una auténtica y exclusiva obra de arte que en cada detalle reconoce la herencia de los pueblos originarios.
Dos opciones integradas al entorno
La propuesta habitacional ofrece dos opciones: los Glam Camps y los Chozos. Estos últimos (lo mismo que el resort) adquieren el nombre de las bóvedas de barro y paja que habitaban los Urus, pueblos originarios del norte de Bolivia y parte de Perú.
Las cúpulas de los quince Chozos, de más de cuatro metros de altura, son lo más representativo y llamativo del proyecto. Los muros fueron realizados siguiendo antiguas técnicas de mampostería de piedra de canto rodado, y los pisos fueron hechos a mano por artesanos locales. La idea fue encarnar la herencia de los indios Huarpes rememorando sus casas circulares con techos de juncos, barro, paja y piedra.