Gastronomía

El restaurante de carnes más tradicional de Buenos Aires cumple 88 años de excelencia

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La Cabaña es una parrilla especializada en carnes a pastura de la raza Angus, piezas Dry Aged y carnes Wagyu, asadas a las brasas con leña y carbón y su  origen se remonta a 1935, cuando Don Francisco Laprieta inauguró su restaurante en plena zona del Congreso, en la Av. Entre Ríos al 400. En ese momento, constaba de un amplio salón de estilo normando con capacidad para 450 personas, una vidriera de seis metros en la que se exhibían las mejores reses y las  dos tradicionales  vacas embalsamadas en medio del hall de entrada, que eran la principal atracción de turistas y locales y fueron símbolo de la gastronomía porteña durante años.
Rápidamente, el éxito llegó a este lugar y lo convirtió en el exponente más importante de la gastronomía argentina Fue visita obligada de grandes personalidades del siglo XX que pasaron por el país, como Charles de Gaulle, Walt Disney, Richard Nixon, Fidel Castro, los reyes de España, María Callas, Sofía Loren, Luciano Pavarotti, entre otros. Entrado este siglo, La Cabaña formó parte de las propiedades emblemáticas de la cadena de trenes y hoteles de lujo Orient Express hasta que, nuevamente, pasó a manos argentinas y se trasladó a Puerto Madero.
En su nuevo espacio recibió a Madonna, Julio Iglesias (por recomendación de Bill Clinton) y a los integrantes AC/DC, quienes, obnubilados por la calidad de los cortes asados, no dudaron en recomendar el local a sus fans en el video de su gira mundial.
Hoy en día, y atesorando su historia, esta parrilla es un ícono de la ciudad porteña por su servicio de calidad, sus excelentes carnes, sus exquisitos vinos y su inigualable estética. Cuenta con un salón principal, un sector privado y una galería exterior con vista al canal. Madera de roble, cuero y cobre son los materiales que predominan en su ambientación y que permiten que el estilo y la tradición originales no pierdan vigencia.
La especialidad de la casa son los cortes tradicionales argentinos de la raza Angus y, puertas adentro, producen piezas maduradas en seco, proceso de 30-35 días para intensificar el sabor y la terneza de la carne. También ofrecen cortes de raza Wagyu con el sello distintivo de este lugar: cocidos a las brasas con leña y carbón en el momento en el que el comensal hace su pedido, dado que aquí no existe el concepto “precocido”.
Los comensales son recibidos con una delicada panera y una degustación de mini empanada, shot de sopa y spoon creación del chef. Para el comienzo, la carta propone tres tipos de entrada: de parrilla, frías y calientes, como el mix de achuras, un tartare de tomates y palta, con endivias crocantes y reducción de aceto balsámico o un dúo de empanadas de carne Wagyu, respectivamente.
En la sección de Principales, se exhiben las carnes asadas y platos elaborados de cocina. Son protagonistas el ojo de bife, el bife de chorizo, el asado y el T-bone de la raza Angus, así como el ojo de bife madurado en seco y los cortes especiales de raza Wagyu, como ojo de bife, asado, tapa de cuadril y bife de vacío. La cocción es a gusto del comensal, quien puede optar por un punto bleu, jugoso, cocido o bien cocido, aunque para las carnes Kobe se sugiere que salgan “a punto”. Como guarnición, se puede optar entre papas rústicas, espinacas gratinadas y salteado de vegetales, entre otros.
“Nuestra Cocina” es otro de los apartados de la carta, donde cuentan con manjares como osobuco braseado en su reducción con polenta cremosa grillada, papines y zanahorias baby en hierbas; locro norteño o la exótica hamburguesa de carne Wagyu grillada, con rúcula, bacon, tomate confitado y provoleta dorada en un pan casero. El abanico de opciones se extiende por carnes de cerdo, pescado, pollo, pastas y risottos.
Un recomendado especial para compartir entre tres o cuatro personas es la “degustación premium”, que permite probar tres estilos de carnes diferentes (bife de chorizo u ojo de bife de Angus, Dry Aged y Kobe) con guarnición de papas soufflé, ensalada de campo y espinaca gratinada.
El final dulce viene de la mano de postres clásicos 100 % artesanales, como flan casero, panqueques de dulce de leche, Omelette Surprise -un postre histórico y clásico de la pastelería-, tiramisú, mix de chocolates y naranja, etc.
Para acompañar estos platos, La Cabaña cuenta con una exclusiva carta de vinos de las más reconocidas bodegas de productores nacionales e internacionales. Además, desde hace 85 años, cuenta con etiqueta propia, “La Cabaña”, elaborada por la bodega Rolland, del famoso enólogo Michel Rolland.
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