A principios de agosto del 2018 el barrio de Palermo Soho le da la bienvenida a Mengano, una propuesta ambiciosa que busca combinar innovadoras técnicas con los clásicos platos porteños y logra superar la oferta existente con un resultado original y sorprendente, demostrando que la alta cocina no es sinónimo de elitismo. Su cocina está comandada por Facundo Kelemen, joven y apasionado chef de espíritu emprendedor quien forma parte de la nueva generación de cocineros que conquista la escena gastronómica logrando cumplir el sueño del restaurante propio luego de su paso por las mejores cocinas de Buenos Aires y New York.
El local, donde se despliega el encantamiento de Mengano, entona armoniosamente con el resto de la cuadra del barrio palermitano, con una fachada de ladrillo a la vista y grandes aberturas de hierro. El vestíbulo es con lo primero que uno se encuentra al entrar al local, luego de tocar el timbre y ser recibido con la sonrisa de algún miembro del cálido e instruido equipo, abriendo paso a unos escalones de madera con acceso para discapacitados. Desde este punto se vislumbra lo que Mengano representa: la esencia arquetípica del bodegón y de la cultura argentina con un toque moderno. Lo lejano se percibe a través de todos los elementos. Los materiales que predominan en el local como la madera, el hierro y el ladrillo; la decoración; las sillas de madera y las imponentes mesas de madera y piedra; las antiguas aberturas de madera y sus techos altos y rústicos y un gran sillón que se extiende a lo largo del local. Por otra parte, en los componentes importados como las lámparas, los azulejos norteamericanos y los artefactos de última generación, se ve reflejado la clara influencia de la modernidad neoyorquina.
La puesta en escena cuenta con una ambientación que logra que el comensal se sienta como en casa con la cocina a la vista, las luces tenues y cuadros heredados que reflejan la nostalgia de la época de los años sesenta y setenta, en un salón principal que cuenta con una capacidad de 30 cubiertos. Entre el salón principal y la cocina integrada hay una barra con banquetas desde donde se puede observar las habilidades de los cocineros en directo. Además, cuenta con un salón privado que alberga un imponente mueble de madera que atesora su destacada colección de vinos, con una mesa de piedra ovalada con capacidad para ocho personas donde se puede disfrutar de la intimidad, entablar conversaciones habituales o de negocios, con discreción en un lugar reservado.
La propuesta gastronómica de Mengano se apoya en la desconstrucción y reversión de los clásicos platos porteños, con un enfoque en la grand cuisine donde cada ingrediente tiene un por qué y está seleccionado a conciencia hasta en el más mínimo detalle, dando a sus comensales una experiencia sensorial genuina y honesta. La ceremonia comienza en cuanto el comensal se sienta en la mesa y es presentado con la carta, que despliega una docena de preparaciones concebidas para degustar y compartir en formato de pasos, con la intención de disfrutar un recorrido por la historia de la cocina argentina.
Para empezar, los imperdibles son el manjar de Croquetas de maíz en dos variantes y el Tartare de cordero con dulce de membrillo, alcaparras y torta frita. Las recetas criollas reconstruidas sorprenden con el Revuelto de Gramajo con cebollas caramelizadas y queso de cabra, un Matambre con churro de batata, romesco a la parrilla y jugo de hinojos quemados y la clásica, con el distinguido toque del chef, la Milanesa de tira de asado con ensalada mixta y puré mixto. Donde se nota la influencia inmigratoria es en platos como el Pulpo a la gallega en dos variantes, Arroz crocante con morcilla, kimchi, aioli de algas y escabeche de mariscos y el Pescado a la sal con manzana verde, miso y bagna cauda.
Igual de irresistible e interesante resultan las opciones de postre y si de reversión se trata, el sorprendente protagonista es el Semifreddo del clásico arroz con leche con ¨vauquita¨ casera. Además, sirven Pionono de chocolate y una fresca y liviana Ensalada de frutas de estación.
Para acompañar estas delicadas y creativas preparaciones cuentan con una maravillosa carta de vinos que invita a que la experiencia de tomar vino en Mengano sea diferente y celebratoria. Con cristalería Riedel y copas especiales para cada cepa, la reserva con la que cuentan no solo es Argentina ya que además cuentan con vinos de muchas otras partes del mundo, a precios razonables. Entre los cuales se destacan los vinos Dievole de la región de la Tosacana, Italia y Renwood del estado sureño de California en los Estados Unidos. Por su parte los vinos locales representan a la nueva corriente del Enólogo, con vinos de reconocidas fincas de alto status como Bodega Michelini y Tomero Wines de la provincia de Mendoza y Bodega Garzón, de origen uruguayo. Además, cuentan con vinos premiados y prestigiosos de Bodega Catena Zapata o Vistalba. Mengano sorprende asi también con una carta de vinos que cuenta con una diversidad única.